jueves, 11 de noviembre de 2010

Capitulo 1 Someone's Gonna Rescue You

Prófugos

Capitulo 1
Someone's Gonna Rescue You

Corrían a través del bosque, brincando piedras, brechas y árboles derribados. Sentían que sus piernas en cualquier momento se doblarían. El bosque les parecía infinito, de repente sintieron que solo estaban dando vueltas por la misma zona. Llevaban más de cuatro horas corriendo ininterrumpidamente. Sus rostros reflejaban ya cansancio y sobretodo mucha angustia. Los cuatro sabían lo que les esperaba si los agarraban. “Era preferible la muerte” era el sentir de los cuatro. Gotas de sudor caían desde la cabeza hasta llegar al pecho, las camisas blancas estaban totalmente empapadas y se pegaban a su piel como si fuera parte de la misma, resaltando los músculos del torso y abdomen.

Los cuatro escapaban para alcanzar la tan anhelada libertad, pero ahora corrían por su vida. Si estos eran los últimos minutos de su vida, los vivirían luchando y con la firme convicción de que jamás volverían a pisar aquella prisión, que ahora se aleja de ellos con cada paso que daban.

Escapaban de una prisión donde habían permanecido varios años de sus vidas y que, de acuerdo a la versión de cada uno de ellos, habían sido condenados injustamente.

De los cuatro que corrían, Xabi era el que iba hasta atrás y tenía la certeza que podía sentir el aliento y la saliva de los furiosos perros que les venían tocando los talones. Steven lo jalaba fuertemente del brazo: “Resiste… tenemos que seguir…” le grito Steven.

Sergio era quien ocupaba el puesto de líder, para él esta era una carrera más de resistencia que de lucha. A pesar del riesgo que corrían, se sentía orgulloso de la preparación física que había logrado inculcar en sus amigos. Fue un líder cuando insistió una y otra vez que era necesario ejercitar el cuerpo para obtener una excelente condición y convencidos todos de que era lo mejor, iniciaron con un plan ejercicios que incluía el trabajo de todos los músculos del cuerpo. Fue una tarea un tanto fácil, ya que los cuatro estaban acostumbrados al ejercicio desde que eran muy jóvenes. Solo en el caso de Sergio, las rutinas diarias no le eran suficientes y siempre ejercitaba mucho más que el resto y siempre que los horarios de la prisión se los permitían. Hoy corría orgulloso de su excelente condición y de la masa muscular que había logrado en tan poco tiempo.

- Ya falta poco… aguaten… en pocos minutos… los podremos perder de nuestro camino… -grito Álvaro

Y es que de acuerdo a su plan, la intención de internarse en ese bosque, que pertenecía a una Zona Ecológica Reservada, era para refugiarse en una especie de cueva. La cual conocían gracias a que el abuelo de Álvaro solía contarle historias añejas de la Revolución y donde el General llegó a esconderse de los Federales en ese lugar durante días enteros sin que nunca nadie pudiera localizarlo. Fue Álvaro el que hizo la propuesta y después de analizarla, los cuatro estuvieron de acuerdo.

El éxito del plan radicaba en encontrar la desviación correcta para lograr desaparecer de la vista de los policías custodios que los seguían y lograr distraer a los perros para evitar ser reencontrados de nuevo. Para lograr esto, un familiar de Álvaro se había encargado de colocar una señal que les indicará el nuevo camino que debían de tomar. Esa señal era una planta con una flor de color rojo, que era poco probable de encontrar en la vegetación de aquel bosque, asimismo habían colocado carnada inyectada con una sustancia especial para lograr alterar los nervios de los perros.

El sol comenzaba a ocultarse. Era preciso que lograran esconderse en aquella cueva antes de que la noche les cayera, ya que de lo contrario sería casi imposible lograr encontrarla.

Sergio distinguió, con apenas unos cuantos metros, la planta y de inmediato hizo una señal a sus amigos para acelerar el paso. Los perros olfatearon la carnada y sin que los policías pudieran controlarlos, comenzaron a desviarse del camino que llevaban los fugitivos. Estos pequeños segundos de confusión y desorientación, permitieron que los cuatros fugitivos pudieran desaparecer de su vista.

Los fugitivos, haciendo un último esfuerzo, bajaron por una pendiente muy peligrosa y fue ese momento cuando lograron perderse de la vista de los policías. Bastaba aproximadamente un kilómetro más para llegar a esa cueva misteriosa. Su localización era un tanto complicada, ya que no era la clásica cueva que tenía una entrada la vista. La entrada a esta especie de caverna, era a través de un orifico que se encontraba sobre la superficie de la tierra, ocultada bajo la hierba verde y extensa que crecía en aquel bosque.

Álvaro iba a la cabeza del grupo, conforme se acercaban iban disminuyendo su ritmo, hasta que prácticamente caminaban apresuradamente. Al identificar la entrada a la caverna, Álvaro se dejo caer de rodillas, ocasionándole un dolor en la rodilla derecha, comenzó a tentar la superficie. El resto del grupo se arrodillo a su lado, pegando sus agitados cuerpos uno al otro. Sergio quedó a espaldas de Álvaro y en plan de broma, pegó su vientre al trasero y colocó sus manos en las caderas mientras Álvaro permanecía totalmente inclinado.

- Como sabías que tengo ganas de… -dijo Sergio en son de juego.
- Sergio… tienes que tomar las cosas con la seriedad que lo requiere… están en peligro nuestras vidas –exclamó Steven con un tono de molestia
- Ok… tienes razón… lo lamento… -dijo apenado Sergio apartándose un poco del trasero de Álvaro

Por su parte, Álvaro pudo sentir la verga semi-erecta de Sergio en su trasero y le agrado por un momento esa sensación, sabía que si estuvieran en otras circunstancias, de inmediato le pediría que lo cogiera. Para nadie era un secreto que los dos mantenían encuentros sexuales. De hecho, siempre eran a petición de Sergio. Pero lo que el resto ignoraba era que Álvaro estaba completamente enamorado de Sergio. En cambio este último, no le iban los enamoramientos, solo le gustaba divertirse, sin involucrarse con nadie. A Sergio no le importaban si era un hombre o una mujer, si asumía un rol de activo o de pasivo, solo le gustaba obtener el placer.

Cuando a lo lejos se escuchaban los pasos y gritos de la policía que los seguía, Álvaro presiono el suelo y su brazo se hundió. Ahí estaba la entrada a su libertad. Exclamaron los cuatro de gozo. Mientras unos movían una de las piedras que servía de camuflaje, los otros hacían a un lado la hierba para dejar al descubierto el agujero que los llevaría a la caverna.

A pesar de la obscuridad que ya cubría el bosque y del riesgo que pudiera producirse, Álvaro metió sus dos brazos lo más que pudo y sacó una bolsa negra, de la cual extrajeron solo dos lámparas. Álvaro se quedo con una y le entrego la otra a Steven.

Como ya sabían los cuatro, tendrían que meterse por ese agujero para atravesar arrastrando su cuerpo debido al reducido diámetro del túnel. Conforme al plan, Álvaro sería el primero en comenzar atravesar el túnel, seguido de Sergio, después Xabi y finalmente Steven sería el último y el encargado de lograr camuflajear nuevamente la entrada.

Álvaro encendió la lámpara y metió medio cuerpo, apoyado por Sergio quien no reprimió el gusto de darle un par de nalgadas. Arrastrando su cuerpo, Álvaro comenzó a deslizarse por el túnel y la escaza iluminación solo le servía para ver donde colocaría sus manos para continuar avanzando. Mientras tanto, afuera el resto del grupo esperaba inquieto poder tomar su turno. Cuando el cuerpo de Álvaro ya no era visible, Sergio inicio su turno llenando sus pulmones de aire.

De los cuatro, Xabi era el que más temía, su bello rostro reflejaba una fuerte angustia y Steven se percató de ello.

- No te angusties Xabi… mira ya casi estamos a salvo… -dijo Steven llevando una de sus manos al cabello de Xabi
- Es… que… -Xabi tartamudeaba de la angustia
- Contrólate… te prometo que no dejaré que te pasé nada –dijo Steven con un tono seguro para poder tranquilizarlo

Pero Steven sabía que esa promesa era casi imposible de cumplir, no tenía la certeza de que el plan fuera a funcionar; si la policía lograba capturarlos, todo estaría perdido y probablemente sus vidas correrían peligro. Aunque lo mejor sería, pensó Steven, que terminarán con sus vidas antes de volver a pisar esa prisión.

- Mira es tu turno… nadie volverá a ponerte unas manos encima –le dijo Steven mirándolo a los ojos y lo abrazó.

Y sin pensarlo, Xabi llevó sus manos alrededor del cuerpo de Steven y lo abrazó fuertemente. El rostro de Xabi apoyado en el fuerte pecho de Steven. Xabi tuvo oportunidad de oler el sudor de Steven, era muy fuerte pero en ningún momento le desagrado. Fue Steven el que rompió el silencio.

- Te prometo que no dejaré que te pasé nada… anda tenemos que seguir nuestro plan… en seguida te alcanzo… no te preocupes… no estarás solo mucho tiempo… -Steven trataba de animar a Xabi, sabiendo que le temía mucho a la obscuridad.
- Por… favor… no tardes… tu sabes… -dijo Xabi haciendo un último esfuerzo, se encontraba muy agotado.
- Anda… no perdamos más tiempo…

Xabi se metió por el agujero y comenzó a desplazare, por un momento sintió que el pánico lo invadiría por completo, pero se tranquilizó un poco con las palabras de Steven.

Steven era el último. Al contrario de sus amigos, él tenía que meterse al revés, metiendo primero sus pies para tener oportunidad de tapar el agujero, colocando una piedra y las hierbas que lo cubrían cuando lo descubrieron. Prácticamente el éxito de toda la operación radicaba en que la policía no pudiera descubrir la entrada a la secreta caverna. Steven hizo todo lo posible y con mucho esfuerzo comenzó a arrastrarse por el túnel, sus pies lo conducían.



Cuando salieron del tubo volcánico, formado hace miles de años, una profunda obscuridad y un silencio abrumador, acompañado de una incertidumbre, invadieron su mente y su corazón. Los cuatro permanecieron en completo silencio, solo el latido fuerte sus corazones se escuchaba, acostumbrando a sus ojos a la siniestra obscuridad.

Fue Steven quien rompió el estado de shock en el que habían caído. Encendió la lámpara alumbrando lo más que se podía. Sergio también alumbró la que él llevaba.

- Uff... por fin podremos descansar –dijo Steven tratando de encontrar el rostro de sus amigos

De pronto Steven sintió como las manos, llenas de tierra, de Xabi se apoderaron fuertemente de su brazo izquierdo.

- Guau... –exclamó Sergio sin perder su sentido del humor –esto parece será impresionante... es enorme... ¿estás seguro Álva qué aquí estaremos a salvo?
- Claro que si... ya hablamos mucho al respecto... mi abuelo tenía razón... este lugar es enorme... según recuerdo si caminamos unos metros poco podremos encontrar una especie de laguna para bañarnos –dijo Álvaro tratando de abarcar con sus ojos el tamaño de la caverna –Ahora Steve hay que buscar las cosas que mi papá nos iba a dejar por aquí... dijeron que las dejarían cerca de la salida del túnel...

Steven y Sergio alumbraron alrededor del tubo volcánico y encontraron con cuatro mochilas tipo excursionistas. Cada quien tomó una mochila y se la colocaron a sus espaldas.

Las mochilas habían sido colocadas, días atrás, por parte de la familia de Álvaro. Era parte del plan que habían estado preparando con poco tiempo de anticipación. La primera parte del plan consistía en permanecer ocultos durante aproximadamente de tres semanas en las profundidades de la caverna hasta que cesara un poco su búsqueda. Y para lograr eso, la familia de Álvaro los había provisto de suficiente comida enlatada, dos casas de campaña y cuatro sacos de dormir; además debido a la humedad, contaban también con ropa impermeable; cascos dotados de lámparas, muchas pilas, entre otros objetos. Otro aspecto que tenían que tomar en cuenta y que ponía en riesgo sus vidas eran las lluvias, ya que puede llegar a causar la inundación de la caverna o producir desprendimiento de rocas. Además debían reducir al mínimo el uso fogatas debido a que existen temporadas en las que a través de los diferentes tubos volcánicos fluyen gases tóxicos o inflamables; estos no eran muy frecuentes pero era una pequeña probabilidad de que se presentaran. Una vez superado el tiempo de permanencia en la caverna, la segunda parte del plan consistía en que cada uno de ellos tomaría el camino que mejor les pareciera; aunque en el fondo de su corazón ningún quería alejarse del resto de sus compañeros, había nacido una fuerte amistad.

Dentro de la caverna se sentían por fin a salvo de los policías; ahora solo deberían preocuparse por su bienestar físico, ya que una fuerte lluvia, un temblor e incluso la picadura de algún animal pondrían en riesgo su vida. Ahora dependían cien por ciento de la naturaleza, ya no de la voluntad y caprichos del Comandante en Jefe de la Prisión.

Cada uno se puso un casco con lámpara, además de la que cada uno también llevaba en su mano, comenzaron a caminar despacio guiados por un Álvaro inseguro y dudoso, ahora tenía que recordar las enseñanzas de su abuelo.

Caminaron pocos metros y llegaron a la parte más alta de la caverna, asombrados contemplaron la laguna formada en el fondo, ese era el lugar indicado para acampar y resguardarse los próximos días.

Prácticamente a orillas de la laguna comenzaron a despojarse de las mochilas y entre los cuatros armaron las dos casas de campaña, entre bromas y risas de cada uno de ellos, sorprendidos y entusiasmados con los ecos de sus voces. Estaban agotados. Era cerca de la medianoche. Fue Steven el que comenzó a liderar al grupo, nadie se sentía inconforme. Las decisiones las tomaban los cuatro y cuando había un desacuerdo, recurrían a la democracia. Los cuatros decidieron que lo mejor era dormir, se sentían profundamente agotados, el día había sido demasiado largo y por fin se sentían un poco tranquilos.

Acostumbrados al mismo estilo de vida durante los últimos meses, Steven y Xabi ocuparon una casa y Sergio y Álvaro la otra. Había tiempo para hablar. Cada uno por su lado, extendió el saco para dormir y aún con la ropa sudada y sucia, se metieron a dormir.

Steven tardó un poco más en conciliar el sueño, se sentía responsable por la seguridad del grupo, sabía que una de las partes más difíciles había sido superada, pero que todavía faltaba el resto. Por su parte, Xabi cayó de inmediato en las profundidades del sueño, mas por miedo a la obscuridad que por cansancio. Steven había aprendido a escuchar los diferentes suspiros de Xabi, los de ahorita le indicaban que dormía y descansaba profundamente. A Steven le pareció escuchar a lo lejos los ronquidos de Sergio, los conocía a la perfección. Sergio es de los tipos que una vez cerrado los ojos, ni un temblor lo despierta. Steven no entendía como Álvaro había logrado dormir con ese tipo de ronquidos.

Finalmente Steven agotado, cerró sus ojos y durmió.
Fin de Capítulo 1.

martes, 9 de noviembre de 2010

Argumento

Prófugos narra la vida de cuatro reos que se han fuga de la prisión y que, por azares del destino, llegan a un pueblo llamado San Judas y de inmediato, son confundidos por misiones cristianos.

San Judas es un pueblo escondido en las profundidades de la sierra y por una extraña razón, no existe ninguna mujer en el pueblo. Por esta razón, los cuatro exreos tienen que ayudar al párroco del pueblo en múltiples actividades.

Deciden quedarse en el pueblo por un tiempo determinado, para esconderse y evitar ser nuevamente encarcelados.

Xabi Alonso, Steven Gerrard, Álvaro Arbeloa y Sergio Ramos piensa que por fin son libres en San Judas, sin imaginarse de las sorpresas que el destino les tiene preparadas. En San Judas se descubrirán a sí mismos y se darán cuenta que la verdad libertad está dentro de cada uno de ellos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Hola...

Hola, Mi nickname es @xabitwit que es mi nombre de usuario en twitter.

Este blog fue creado con la finalidad de publicar una serie de relatos pornos gay que estoy escribiendo, la particularidad consiste en que los personajes son basados en futbolistas qu ejuegan en Europa y que son los que mas me gustan.

Esta primera serie se llama "Profugos"

Espero que sea de su agrado!!!

@xabitwit